Editorial
Por Anita Martínez, Directora Revista Ahora Nosotras
¿Qué es una Constitución? ¿Por qué nos parece tan relevante que la consideramos el camino para salir de esta crisis? Lo cierto es que una Constitución es la decisión política más importante de todas. Porque esta decisión define a un pueblo, lo identifica y permite reconocer a cada una de las personas que constituyen esa comunidad. Lo interesante también de esa definición es que, precisamente, es él quien demuestra su poder mediante esa decisión.
Sabemos que ese pueblo está constituido por el movimiento feminista que ha demostrado su fuerza y capacidad orgánica en las recientes marchas conmemorativas del 8 de marzo y en la obtención de la paridad en la futura Convención Constitucional. Han sido las mujeres, conscientes de la opresión que viven diariamente, las que se han articulado para revertir el orden patriarcal que se encuentra plasmado en el actual pacto social. Es necesario entonces preguntarnos ¿Para qué utilizaremos nuestro poder constituyente feminista?
Existe una deuda importante en la distribución del poder, sobre todo considerando el extremo presidencialismo de nuestro sistema, el que tras el estallido social fue puesto en jaque debido a la reticencia del Presidente de la República a entregar soluciones oportunas. Pero la necesidad de redistribuir el poder no se acaba ahí, también es necesario cuestionarnos el fuerte centralismo del país, en que la toma de decisiones reside principalmente en la Región Metropolitana. Lo mismo ocurre con el poder económico y adquisitivo en Chile, unos pocos se quedan prácticamente con todos los recursos de las chilenas y chilenos.
Ante este escenario urge transformar la lógica en el ejercicio del poder. No por nada Elena Caffarena dijo “somos feministas por vocación democrática”. Por su capacidad de aunar, el feminismo logra cuestionar la estructura patriarcal e incluir nuevas y diversas actorías en la toma de decisiones. Lo que podría permitirnos salir de un modelo que bien poco sabe de derechos sociales y que nos hace vivir a merced de lo que dicta el mercado.
En este contexto, es esencial que ejerzamos nuestro poder constituyente feminista y comprendamos su potencia para transformar la vida de no solo las mujeres sino que de toda la sociedad. Debemos organizarnos y construir estrategias para dar importantes batallas como la valorización y el reconocimiento del trabajo de cuidado y trabajo doméstico, la consagración de los derechos sexuales y derechos reproductivos, conquistar una vida libre de violencia y una participación paritaria en cada órgano y espacio de toma de decisiones, entre otras.
Una Nueva Constitución es el momento de repensar Chile y este será con nosotras. Por eso seremos millones las que concurriremos este 25 de octubre a aprobar Convención Constitucional y hacer de esta la primera Constitución Feminista de Chile.
¡Nosotras ya estamos listas! Solo nos faltas tú.